Sobre la Simulación en la Universidad de Miami. Dos caminos en Cuba:

Estado de Derecho o Songo le Dió a Borondongo.

Por: Alberto Luzárraga

 

 

Recientemente se escenificó en la Universidad de Miami una simulación sobre lo que podría ocurrir en Cuba tras la muerte de Castro. El congresista Díaz Balart, en artículo publicado por el Nuevo Herald en febrero 5, comentó lo siguiente: "Ejercicios como éste, si algo es que ofrecen, son justificaciones académicas para que no haya presión para una transición democrática sobre los funcionarios de la dictadura tras la muerte del dictador’’.

Es un comentario que tiene sustancia. Hace tiempo que existe una facción de la inteligencia americana que propugna una resignada transición raulista (a pesar de que contradice la sección 205 a) 7 de la Libertad Act que excluye a Raúl Castro) pues a su entender evitaría un éxodo masivo a los Estados Unidos y un desorden generalizado. Para esta facción es más peligrosa una Cuba en lo que ellos predicen sería un caos, que una Cuba sujeta a un militarismo supuestamente menos feroz. Es la teoría política de los llamados 'realistas' que en su momento propugnaban, tras la perestroika, que Ucrania siguiese sometida a Rusia pues soltarla era muy ‘peligroso.‘ Bush padre mordió el anzuelo y dijo eso mismo en un discurso en Kiev, discurso que por cierto fue muy mal recibido. Afortunadamente la idea no prosperó. Hoy en día vemos cuan desastrosa hubiese sido esa idea. Se hubiera cortado en flor el renacimiento de un país que tenía su perfecto derecho a salir de una dictadura sofocante.

No obstante, es de celebrar que la administración actual está comprendiendo que sustituir la dictadura castrista por una kleptocracia de generales corruptos y sus secuaces sería un desastre que ocasionaría el mismo éxodo de cubanos, delincuencia, estancamiento económico y desorden continuado. La única solución es sustituir los mandos corruptos y fracasados por mandos sanos y competentes. Y al mismo tiempo, utilizar el talento y en su caso el capital de los cubanos trabajadores y decentes que afortunadamente abundan tanto en Cuba como fuera de Cuba.

No estamos en contra de ningún esfuerzo académico que ayude a pensar y perfeccionar criterios. Pero hay que terminar los pensamientos y no dejar pendientes las ideas. El problema enorme a resolver no es quien manda y cómo al día siguiente de la desaparición de Castro. El raulismo ya lo decidió la cúpula gobernante, y la inercia se impondrá por algún tiempo. El tema es: quien mandará que lleve a Cuba a una democracia.

Para lograr una democracia funcional hacen falta dos cosas muy importantes: regenerar la familia cubana y contar con un ejército que acepte someterse a un estado de derecho. Los dos artículos que enlazan (En Camino a la Tercera República. Se Solicita: Militar Que No Quiera Serlo. En Busca del Cincinato Cubano; Cuba: Sin Familia No Hay Nación.) encuadran la cuestión y opinamos que deben desarrollarse esos temas a fondo en vez de emplear tiempo precioso y recursos en adivinanzas militaristas.

Hay solo dos caminos en Cuba: Estado de Derecho o Songo le dio a Borondongo.

En el primer artículo de referencia publicado en estas páginas decíamos: “La historia recuerda con admiración a los fundadores de pueblos que, pudiendo ser dictadores, fueron civilistas y entendieron que los gobiernos de hombres fracasan y los gobiernos de leyes perduran. George Washington, militar más que ninguna otra cosa, fue el primero que entendió y puso en práctica este principio en la era moderna. Su jefe de estado mayor, el coronel y abogado, Alexander Hamilton fue uno de los más destacados redactores de la constitución y de la construcción del sistema federal. Washington auto limitó su mandato a dos períodos. Hamilton fue destacado Ministro de Hacienda con Washington y miembro notable del foro. Ambos se sometieron a la ley y sufrieron en el desempeño de sus funciones acerbos ataques políticos. Se defendieron de acuerdo a la ley o triunfando en elecciones. Tenían muy claro que el garrote genera otro garrote mayor y que sumiría al país en un fracaso. El ejemplo de Napoleón (hombre brillante seducido por el poder) está a la vista. Napoleón creó un sistema inestable y perecedero. Washington fue la comadrona de un recién nacido que hoy cuenta mas de doscientos años de vida bajo la ley. Hay quien piensa que nuestra historia cubana es sólo de generales que mandan y doctores que escriben decretos (Generales y Doctores, circa 1920, era el título de la novela de Loveira que por cierto era socialista) y que en ella la fuerza es la nota que prevalece. Luego, debemos conformarnos con una lenta evolución del sistema castrista que a su conveniencia tolerará libertades.

No hay que ser tan pesimistas ni aspirar a tan poca cosa. Martí y Agramonte fueron destacados civilistas. Máximo Gómez no quiso ser presidente. La historia de la humanidad (no la cubana tan sólo) es generalmente una historia en la que alternan la fuerza y el derecho. El derecho no es ejecutable sin la fuerza coactiva del estado y el problema a resolver consiste en controlar las extralimitaciones de esa fuerza necesaria. Se controlan aspirando a más libertad y no resignándose a menos.

Después de 47 años es preciso aclarar citas como la expresada en el citado artículo en el Nuevo Herald: "No es el escenario que deseamos, pero es posible. Y es importante que la comunidad exiliada entienda que esto puede suceder, porque si eso no ocurre han perdido todos estos años. Hay que prepararse para el peor escenario posible'', dijo el director de la institución, Jaime Suchlicki.”

Entendemos de sobra que la estructura del poder castrista estaría encantada de perpetuarse y hacer sufrir más desgracias al pueblo cubano, y que en un principio tendrían la inercia a su favor. Pero se trata no sólo de anticipar problemas sino de no aceptarlos fatalistamente y además, desarrollar la vacuna contra la infección. La frase de que ‘hay que prepararse’ sin dar alternativas puede interpretarse como una exhortación a la resignación a pesar de la aparente crítica inicial. No creemos que su autor opine así, pero si 'no se desea' es preciso oponerse terminantemente y denunciarla claramente como inaceptable y dañina. Lo contrario suena mal por su ambigüedad. Y si no es así y la 'preparación' significa otra cosa más positiva, aclarar por favor. A nuestro entender lo correcto es crear conciencia de que el raulismo es absolutamente inaceptable aunque sin duda probablemente sería intentado si los castristas consideran que pueden vender el entuerto. Una sugerencia al Sr. Suchliki. Organice otro seminario o simulación sobre como oponerse a la sucesión raulista si ella se produce e investigue como crear un ejército civilista. Un ejército compuesto de militares que por haber visto los efectos nefastos de la dictadura aprecien y respeten el estado de derecho, que no es lo mismo que tolerarlo, y que se sometan a otra disciplina, la de la ley, tal vez más difícil pero que ofrece mayor recompensa. ¡Con esos hay que trabajar para sacar a Cuba del pantano castrista!  Ese es el libreto fructífero para el futuro de Cuba. E igualmente no debe descuidarse el tema de cómo regenerar la familia, asunto lamentablemente bastante abandonado en las investigaciones académicas.