Un nuevo intento por salvar a Fidel Castro

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Mar, 26 de Dic, 2006 7:50 am

Cuba en el Mundo - Politica

Por Silvia Pisani

LaNacion/Noticuba Internacional

Madrid, 26 de diciembre de 2006

La historia oficial en Cuba es que Fidel Castro, a quien no se ve ni
en video desde hace dos meses, "mejora". Pero, en plena Navidad, hubo
que montar aquí un operativo de emergencia para trasladar a la isla a
un eminente cirujano español, solicitado desde La Habana para "hacer
algo" por la delicada salud del dictador. Posiblemente, una nueva
intervención.

Se trata de José Luis García Sabrido, jefe de cirugía del hospital
Gregorio Marañón, el centro sanitario público más grande e importante
de la capital española. Junto con él hubo que hacer llegar también,
en el mismo avión, el instrumental quirúrgico "de última generación"
y medicinas para llevar a cabo la hermética misión sanitaria, que –
una vez más– transcurre en el mayor de los misterios.

La eficacia profesional de García Sabrido se probó durante la
emergencia creada por el ataque terrorista de marzo de 2004, en que
hubo que intervenir, en cuestión de horas, a decenas de personas que
se encontraban entre la vida y la muerte después del estallido de
cuatro trenes de pasajeros.

Su viaje se decidió luego de "varias consultas telefónicas" entre los
médicos que atienden a Castro en la isla y expertos locales, ante la
firme posibilidad de una "nueva intervención" al veterano líder. Al
parecer, no es una decisión fácil, ante el doble riesgo que entrañan
la edad y, sobre todo, el estado del paciente. El de García Sabrido
es un nombre que para muchos españoles no dice nada, pero que genera
inmediato respeto en la comunidad médica y que en noviembre pasado
dio una lección magistral en el IX Congreso Cubano de Cirugía, que se
realizó en La Habana.

Mientras la capital cubana permanecía en un limbo informativo,
celebrando por anticipado el 48° aniversario de la revolución, se
multiplicaban desde allí los esfuerzos por saber qué se conocía aquí
sobre la salud de Fidel Castro, de 80 años, y sobre la tarea que
podría esperar al médico español.

"Ninguna autoridad cubana ha hablado ayer del pedido de ayuda por la
salud de Fidel. Aquí no se dice nada. ¿Y allí qué se sabe?", fue una
de las comunicaciones que, a las 20.30, llegó a Madrid desde la
Habana.

El cirujano, experto en intervenciones en el aparato digestivo, viajó
el jueves pasado a La Habana a bordo de un avión fletado por el
regimen de Cuba, a través de su embajada en Madrid. Y llevó con él
equipo quirúrgico no disponible en la isla, según se indicó. El dato
es llamativo, ante el orgullo con que el regimen de Castro presume
del desarrollo médico que logró para su país.

La otra paradoja de la historia es que sea un gobierno de derecha -de
la derecha española "más rancia"-según descalifican aquí algunos- el
que sale en ayuda del dictador cubano y figura de referencia de la
izquierda en América latina.

Ocurre que el hospital Marañón responde al gobierno regional de
Madrid, en manos del derechista Partido Popular (PP), la misma
agrupación del ex presidente José María Aznar, cuyos diputados
denunciaron en reiteradas ocasiones la "persecución de opositores" y
la "violación de derechos humanos" en la isla.

¿Por qué acude un gobierno de derecha en ayuda del dictador de
izquierda? "Porque la asistencia sanitaria es una cuestión
humanitaria y una obligación internacional", respondió ayer el
consejero de Sanidad del gobierno regional, Manuel Lamela, quien
dijo -además- sentirse "orgulloso" de que médicos madrileños sean
requeridos en el exterior.

Respetuoso de la "política informativa" del regimen cubano, Lamela se
abstuvo de mayores comentarios sobre las características del
operativo sanitario y, mucho menos, sobre el material médico que
partió hacia Cuba. "No puedo precisar nada de eso porque, si lo
hiciera, revelaría la patología del paciente [y, por tanto]
vulneraría la confidencialidad médica y la política informativa [de
La Habana]", añadió.

Lo que sí se sabe es que el envío de material y medicinas desde
Madrid empezó hace seis meses, en junio último. Eso implica que ya
estaba en marcha cuando, a fines de julio, Castro empeoró, sufrió la
primera crisis y tuvo que delegar el mando en su hermano Raúl, para
someterse a una operación cuyos alcances son, todavía hoy, "secreto
de Estado".

"La salud de Castro continúa deteriorándose", tituló el diario
regional El Periódico de Cataluña , que tuvo la primicia del viaje
del experto español a tierra cubana. Tuvo que pasar más de un día
hasta que autoridades madrileñas confirmaron la partida del máximo
responsable quirúrgico de su hospital insignia.

A última hora de anoche trascendió que García Sabrido habría
realizado ya "un primer examen y muy a fondo" del paciente. Y, de
acuerdo con la información recibida aquí, la confidencialidad se
mantendrá incluso en caso de que se realice una nueva intervención
quirúrgica. De hecho, según se indicó a LA NACION, el súbito traslado
del cirujano se decidió luego de mantener reiteradas consultas
telefónicas con los médicos que lo atienden en la isla. "Hubo varias
conversaciones y, finalmente, se decidió el viaje", se indicó. El
desencadenante habría sido, precisamente, un horizonte de nueva
intervención.

¿Cáncer terminal?

El 27 de julio, Castro fue sometido a una complicada cirugía
intestinal, y el 31 de ese mes cedió el poder por primera vez en más
de 47 años. En los cinco meses transcurridos desde entonces, sólo se
vieron fotos y cinco videos del comandante cubano. El último se
difundió hace dos meses, el 28 de octubre, para desmentir rumores de
agravamiento o incluso de muerte.

Fuentes diplomáticas anunciaron en diversas oportunidades que el
líder caribeño sufre un cáncer incurable y que le queda muy poco
tiempo de vida, lo que fue desmentido en forma terminante por las
autoridades cubanas.

En el último mes, estuvo inaccesible hasta para sus más firmes
incondicionales del exterior. El escritor colombiano Gabriel García
Márquez viajó a la isla para felicitar a Castro por sus 80 años y
permaneció cuatro semanas para verlo. Se marchó sin poder
hacerlo, "lo cual nunca había sucedido en el pasado", observó la
revista colombiana Semana . "No es buena señal", agregó.

La revista recuerda que "hasta hace relativamente poco tiempo, Castro
estuvo en capacidad de darles la bienvenida a figuras como Hugo
Chávez y Kofi Annan".

El miércoles pasado, en un acto, Raúl Castro señaló: "Estamos en un
momento histórico porque, queramos o no, ya nosotros estamos
concluyendo el cumplimiento de nuestro deber y hay que seguir
abriendo paso, paulatinamente, a nuevas generaciones". En esa
oportunidad, Raúl Castro sentó las bases de su estilo de gobierno.
Según analistas, fue una forma de confirmar su liderazgo y de dar a
entender que Fidel no volverá.