o Habrá Modelo Chino.

Será Cubano Bueno o Malo

Por: Alberto Luzárragaparrafos:

 

 

Se habla constantemente del modelo chino, de que Raúl Castro desea copiarlo, de sus viajes a China, de las visitas de funcionarios chinos a Cuba. Pero no se entra a discernir las realidades del mundo en que vivimos.

Empecemos por definir la relación entre China y los Estados Unidos. Según datos publicados recientemente[1] existen 52,887 inversiones americanas en China con un valor de inversión de 54,700 millones de dólares. Las compañías americanas vendieron 55,200 millones en China en el 2006. Los Estados Unidos importaron 287,700 millones de China en el 2006.[2] En el 2005, 47,600 millones de productos hechos en China por compañías americanas fueron exportados principalmente a los Estados Unidos.

China ha acumulado una enorme cantidad de dólares y existen quejas sobre lo desproporcionado de la relación comercial y sobre el uso que China pueda hacer de esos dólares que están invertidos principalmente en bonos de la tesorería americana. Esto último, para los que hemos vivido las reestructuraciones latinoamericanas es preocupante pero no al nivel de temor que postulan algunos.
El acreedor con una concentración grande en un deudor es el que tiene el problema mayor. En 1a asignatura de crédito bancario esto es un principio elemental y bien conocido. El acreedor no quiere quebrar al deudor. Quiere que progrese para que le pague. En el caso de China se le exige que abra más sus mercados a exportaciones americanas, o que invierta en los mercados de acciones de este país. Podemos derivar infinidad de hipótesis de hacia donde puede conducir todo esto en un futuro, pero lo cierto es que la relación China-Estados Unidos hoy por hoy es simbiótica, se necesitan mutuamente y Cuba es un simple asterisco en ese libro. China necesita la inversión y la industria de exportación para ocupar a sus masas de obreros y evitar una explosión social. Estados Unidos necesita producción a buenos precios que contenga la inflación. Un cálculo publicado recientemente postula ahorros de 600 mil millones por concepto de mejores precios obtenidos de China.[3] En 35 años ambas economías se han entrelazado tremendamente. China ha entrado en el WTO (Organización Mundial del Comercio) con los condicionamientos que ello supone en cuanto a marcas y patentes, sujeción a las decisiones de arbitraje comercial y presiones para que permita la inversión sin trabas. En todo caso las compañías extranjeras sitas en China pueden contratar a quienes deseen y pagarles bastante más que lo que percibirían en otra parte.

China mientras tanto necesita recursos naturales. Le interesa el níquel cubano, el petróleo venezolano, y también la base de Bejucal para espiar a Estados Unidos. Todo esto se tolera porque Estados Unidos también espía, es un valor entendido entre grandes potencias y nadie se molesta mucho por ello. Que sea o no correcto y/o peligroso es otro asunto. La realidad es esa y las visitas chinas a Cuba son parte de una toma de posiciones comerciales con un tanto de teatro ideológico.

¿Que significa todo ello respecto a Cuba? Muy sencillo, la oligarquía cubana tendría que hacer cambios muy profundos para entrar al mercado americano,-su mercado natural- al estilo chino. Para empezar tendrían que ser eficientes y competentes comercial y empresarialmente, cosa que obviamente no son, y permitir una entrada masiva de capital con el consiguiente debilitamiento de su posición de empleador único. En cuanto haya un número considerable de cubanos que no dependan de ellos tienen un problema político de dimensiones colosales a su puerta. Lo saben de sobra.

Y luego está el problema de Nafta, Cafta y los demás tratados comerciales firmados por los Estados Unidos que exigen ciertos comportamientos comerciales y no permiten concesiones en perjuicio de los firmantes. En particular, una Cuba con libre acceso comercial a los Estados Unidos y salarios bajísimos provocaría una reacción furiosa y justificada en toda Centroamérica y el Caribe. Y los sindicatos americanos tendrían también bastante que decir pues han sido influyentes en colocar cláusulas laborales en dichos tratados para así proteger a sus afiliados en Estados Unidos. Es asunto complicado que podría resolverse pero que requeriría una negociación intensa con un gobierno cubano legitimado para negociar y no con una oligarquía caribeña disfrazada de ideólogos marxistas.

¿Qué podría hacer esa oligarquía con vistas a futuro? ¿Armar algunos negocios más con capitalistas sin escrúpulos? Ya lo ha hecho y el país no progresa aunque ellos sí. ¿Tratar de venderse en los Estados Unidos como una meca para la inversión? ¿Con el sistema actual? No marcha el asunto porque nadie es tan tonto. Los empresarios americanos les venderán todo lo que paguen en efectivo con el dinero de Chávez y ahí para la cosa. La oligarquía castrista no tiene alternativas excepto el fracaso. Eso también lo saben de sobra aquéllos de sus miembros que usan la materia gris. Los que han podido ya sacaron sus fondos. El problema serio lo tienen los funcionarios y militares que no son de la cúpula. Están embarcados dentro sin dinero y sin futuro. Esa situación inevitablemente produce cambios.

El modelo futuro será cubano. Bueno si usamos la cabeza y no repetimos los errores del pasado. Malo si nos encaprichamos en inventar un socialismo recalentado que obstaculice la inversión y la creatividad de nuestro pueblo. Pero eso es tema para otro artículo.

 

 


 

[1] Wall Street Journal Mayo 17 2007

[2] U.S. Census Bureau, Foreign Trade Division, Data Dissemination Branch, Washington, D.C. 20233

[3] Wall Street Journal Mayo 17 2007