Alex Picarq

 

Evi Jimenez

 
 
 



WILLIAM BARKER CUSHING
HEROE OLVIDADO POR LA HISTORIA

 

El Comandante William Barker Cushing, USN Foto cerca 1870

"Honrar, honra", José Martí

 


Por Joaquín Sueiro Bonachea *
Colaboración
La Nueva Cuba
Julio 10, 2005

 


El historiador cubano René León, autor de un magnífico ensayo sobre la Expedición del Virginius1 fue entrevistado el pasado 15 de mayo del 2005 por José A. Albertini, ex preso político cubano, escritor e intelectual, en su excelente programa de televisión del Canal 17 de Miami 'Cuba Y Su Historia.'

En este programa se discutió la participación, en noviembre de 1873, del entonces joven alférez y teniente de navío Pascual Cervera y Topete, al mando del cañonero Caribe, quien cumplió órdenes al actuar como oficial a cargo de pelotones que fusilaron en Santiago de Cuba a tripulantes ingleses y norteamericanos así como también a mambises miembros de la expedición del Virginius.

El Virginius era un buque 'filibustero' (nombre con el cual tildaban las autoridades españolas a estas embarcaciones para poder acusar de piratas a sus integrantes) que flotaba la bandera de los Estados Unidos mientras prestaba su servicio a la causa de la libertad de Cuba en su primera guerra independista contra España, habiendo llevado armas, pertrechos e insurrectos a la isla varias veces. Con mas de 154 tripulantes y expedicionarios a bordo, fue apresado ilegalmente como nave pirata el 31 de octubre de 1873 en aguas territoriales de Jamaica por la corbeta española Tornado.2

 

El vapor Virginius
La corbeta española Tornado


Masivos fusilamientos de los expedicionarios y tripulantes del Virginius, acusados de piratería, fueron perpetrados por el gobierno español para darle escarmiento a aquellos cubanos que tenían pensado sublevarse, y a los extranjeros que tenían en mente ayudarlos.

El 4 de noviembre de 1873, a las seis de la mañana, fueron fusilados por la espalda, decapitados, sus cadáveres arrastrados por mulas por las calles de Santiago de Cuba y pisoteados por las cabalgaduras de jinetes militares, los 4 lideres expedicionarios, todos generales mambises - Bernabé Varona Rivero (Bembeta), Pedro María de Céspedes Castillo (hermano de Carlos Manuel de Céspedes, Presidente de la Republica en Armas), Jesús del Sol, y Alberto Claudio O'Ryan.
 

Gral Bernabé Varona Gral Pedro Céspedes Gral Jesús del Sol Gral Alberto C. Ryan

El 8 de noviembre de 1873, a las cuatro de la tarde, después de haber sido sentenciados por consejo de guerra el 7, fueron fusilados 37 miembros de la tripulación del Virginius, la mayoría ciudadanos ingleses y norteamericanos. Incluidos entre estas victimas estaba el capitán del Virginius Joseph Fry, quien era ciudadano norteamericano, y sus oficiales.
 

Capt. Joseph Fry
Fusilamiento de la tripulación del Virginius

El 9 de noviembre de 1873, a las seis de la mañana, después de haber sido sentenciados por consejo de guerra el 8, fueron fusilados 12 expedicionarios mambises.

Dijo León en el programa de Albertini que la mayoría de los historiadores erróneamente citan que los fusilamientos de miembros de la expedición del Virginius cesaron a instancias del oficial Sir Lambton Lorraine, despachado a Santiago de Cuba por el cónsul británico de Jamaica, al mando del buque de guerra inglés Niobe. Según algunos historiadores, Sir Lambton en el Niobe ancló en Santiago de Cuba el 8 de noviembre de 1873 a las once de la mañana (dicen otros que a la una de la tarde.) Después de que se le negara la audiencia que le pidió al gobernador y capitán-general de Santiago de Cuba, Juan Nepomuceno Burriel, para expresarle personalmente sus protestas oficiales a los fusilamientos de ciudadanos ingleses, Sir Lambton supuestamente amenazó a Burriel al día siguiente, comunicándole, según León, "no creo que tendré necesidad de decir cual será mi proceder en el caso de que mi exigencia fuera desatendida" si los fusilamientos no se descontinuaban. Diferentes notas y mensajes fueron intercambiados entre Sir Lambton y Burriel entre el 8 y el 15 de noviembre sin que el gobierno español en la persona de Burriel anunciara publicamente un cese a las ejecuciones, o le prometiera tal cosa a Sir Lambton.

 

Sir Lambton Lorraine
La corbeta Inglesa Niobe

Contrario a lo que se alega en la historia, los fusilamientos aparentemente continuaron pese a las protestas y amenazas de Sir Lambton. De acuerdo con la información y documentos obtenidos por León, el segundo grupo de 37 tripulantes fue fusilado a las 4 de la tarde del 8 de noviembre, día en que Sir Lambton supuestamente le hace su amenaza a Burriel, y el tercer grupo de 12 mambises, el 9 de noviembre, un día después de la amenaza del oficial inglés al gobernador de Santiago de Cuba.

El autor de este artículo recibió de la Oficina del Historiador de la Secretaria del Senado de los Estados Unidos un documento investigativo3 del Comité de Asuntos Exteriores que fue presentado en la Cámara de Representantes de los Estados Unidos el día 22 de junio de 1874. Este documento recomendó que no se llevara a cabo la aprobación de la Resolución Conjunta número 88 de la Cámara de Representantes. Esta resolución de la Cámara le hubiera dado el agradecimiento oficial de los Estados Unidos a Sir Lambton Lorraine por su involucración en el caso del Virginius. El documento relata que no era Sir Lambton meritorio de este agradecimiento contemplado por la Cámara debido a que Sir Lambton, en su mensaje de protesta a Burriel fechado el 9 de noviembre de 1873 - textualmente reproducido en el documento - pidió exclusivamente clemencia para aquellos ciudadanos ingleses involucrados con el Virginius, nunca pidiendo tal clemencia para los ciudadanos norteamericanos prisioneros. El informe concluye que el que se merece agradecimiento nacional es el capitán William B. Cushing por sus firmes acciones en Santiago de Cuba, que fueron las que pusieron fin a las ejecuciones.

El documento describe lo ineficiente que fue la intervención de Sir Lambton en el asunto del Virginius, pues relata que el 13 de noviembre de 1873, a pesar de la carta de protesta de Sir Lambton a Burriel fechada el 9 de noviembre, fueron fusilados en Santiago de Cuba un número no determinado de expedicionarios y de tripulantes del Virginius, en el cual había mas de 16 ciudadanos ingleses.

Como se puede notar, el documento a la Cámara contiene discrepancias con los eventos que dice la historia ocurrieron en Santiago de Cuba relacionados al Virginius.

El documento correctamente da el 4 de noviembre de 1873 como la fecha en que los primeros cuatro generales mambises fueron fusilados. Sin embargo, no menciona los 37 fusilamientos cometidos el 8 de noviembre. El documento, erróneamente según la documentación de León, dice que en el 8 fueron fusilados los 12 mambises cubanos. Estos últimos, según el ensayo de León, fueron fusilados el 9 de noviembre.

Adicionalmente, como ya se mencionó anteriormente, este documento alega que hubo un fusilamiento de miembros del Virginius el 13 de noviembre de 1873 que incluyó a no menos de 16 ciudadanos británicos. En mi opinión este ultimo grupo consiste de los 37 hombres y muchachos sentenciados el 7 de noviembre, y fusilados el 8 de noviembre. Por error y confusión creo que le fue adjudicada una equivocada fecha a este segundo fusilamiento en el reporte a la Cámara.

Es bien interesante lo que el reporte a la Cámara menciona en la pagina 3 sobre la actitud desafiante de Burriel acerca de lo que consideraba una inmiscuidad de Sir Lambton al tratar de prevenir mas fusilamientos de ciudadanos ingleses del Virginius. Según el documento, Burriel le envió un mensaje de respuesta a Sir Lambton el 11 de noviembre de 1873 (dos días antes del fusilamiento que el documento alega resultó en la muerte de 16 súbditos británicos) donde le comunica: "Y si, por proceso legal, la sentencia de muerte sea decretada en contra de alguno de los prisioneros del Virginius, sea él de cualquier nacionalidad que sea, él será ejecutado sin falta. No estoy en el habito de permitir que sea yo intimidado por nadie, y no le haré caso a ninguna petición, a no ser que su excelencia el gobernador, capitán general de esta isla, me ordene lo contrario."4

León declaró en el programa de Albertini que sus investigaciones y fuentes de información han determinado que el verdadero héroe al que se le debe acreditar el cese de los fusilamientos de los restantes miembros de la expedición del Virginius es al oficial naval norteamericano Lieutenant Commander William Barker Cushing, héroe de la Marina de Guerra de los Estados Unidos durante la Guerra de Secesión, quien, 9 años antes del incidente del Virginius, hundió al invencible acorazado sureño Albemarle el 27 de octubre de 1864 en Plymouth, Carolina del Norte, empleando un torpedo de verga en una acción suicida al mando de un pequeño bote de vapor.

Cushing siempre fue un hombre decidido y de acción, y tenia fama mundial por sus acciones temerarias durante la Guerra de Secesión y su posterior servicio en el Lejano Oriente en contra de piratas asiáticos.
 

El USS Wyoming

Narra León en su ensayo que el capitán Cushing ordenó levar anclas en Panamá a su buque de guerra norteamericano, el USS Wyoming, sin esperar órdenes, tras recibir, el 8 de noviembre de 1873, un telegrama de Kingston, Jamaica, donde le comunicaban que había vidas de ciudadanos norteamericanos e ingleses en peligro en Santiago de Cuba relacionadas con el apresamiento del Virginius. El USS Wyoming ancló en Santiago de Cuba a las cuatro de la tarde del sábado 15 de noviembre de 1873. Cushing recibió una visita de Sir Lambton a bordo del USS Wyoming en la mañana del 16 de noviembre, quien le narró lo sucedido hasta ese entonces.

León hizo frecuente hincapié durante su televisada sesión con Albertini que, según su información, fue la fuerte intervención en el asunto por el capitán Cushing, y no las protestas y veladas amenazas hechas por Sir Lambton a Burriel a través de notas y mensajes, lo que puso fin a los fusilamientos de oficiales y expedicionarios cubanos, y tripulantes y pasajeros ingleses y norteamericanos del Virginius por los españoles.

León ha determinado, basado en sus datos, que los fusilamientos no se reanudaron debido a enérgicas acciones tomadas por el oficial Cushing y el USS Wyoming en Santiago de Cuba.

Después que Burriel rehúsa recibir su petición de entrevista enviada en un mensaje escrito, el impetuoso capitán Cushing de inmediato pone en zafarrancho de combate al USS Wyoming. Ordena que maniobre el buque en la bahía a fin de salvaguardar al Wyoming de disparos de las baterías españolas bajo el alcance de las cuales el piloto español, asignado a guiar al Wyoming a su anclaje en su entrada al puerto, habilidosamente lo había situado. Después que el buque se movió a un lugar no expuesto a los cañones españoles, el capitán Cushing ordenó a sus artilleros que apuntaran los cañones del Wyoming hacia los cuarteles militares de la ciudad.

El capitán Cushing, terminados los preparativos bélicos del Wyoming, le envió a Burriel otro mensaje demandando una entrevista o bombardeaba el Wyoming los cuarteles militares y el palacio del gobernador, dándole a Burriel hasta el siguiente día 17 de noviembre como plazo de respuesta.

Burriel le concedió de inmediato la entrevista al oficial Cushing. El capitán Cushing acudió a ella acompañado del teniente Hutchinson, quien tomó notas de lo discutido entre su superior y Burriel. Cushing le dijo a Burriel, cara a cara, que quería que Burriel le diera su palabra que los fusilamientos habían terminado. Burriel no le dio respuesta a lo que pidió Cushing, y entonces, según León, Cushing le dijo a Burriel: "Excelencia, si los fusilamientos prosiguen ya puede usted ordenar que salgan de Santiago las mujeres y los niños." (Según León, estas palabras han sido puestas en boca de Sir Lambton Lorraine.) Burriel, después de toser nerviosamente, pues conocía el arrojo y la temeridad de Cushing, le dio su palabra a este, y no se fusiló en Santiago de Cuba a mas ningún miembro del Virginius, cubano, inglés, norteamericano o francés.

Según León, Burriel había recibido días antes explicitas instrucciones de Madrid, a través de La Habana, de que cesaran los bestiales fusilamientos, aunque no había hecho pública esta orden a él.

En el texto del mensaje de Cushing a Burriel incluido en el documento a la Cámara de Representantes (pagina 3), se lee que el capitán Cushing exige que sean respetadas las vidas de los ciudadanos norteamericanos involucrados en el Virginius. Ni Sir Lambton ni Cushing mencionan en sus respectivos mensajes clemencia para los cubanos apresados. Sir Lambton y Cushing se limitan a exigir perdón para sus respectivos ciudadanos, sabiendo que no tienen derecho legal para exigir la misma clemencia para los cubanos, que siendo ciudadanos españoles pueden legalmente ser fusilados con impunidad por las autoridades españolas. Después de todo, una nación hace con sus ciudadanos lo que le permiten esos ciudadanos hacer. Lo que no se le permite que haga una nación, en tiempo de paz, es hacer lo que quiera con los ciudadanos de otra nación. Eso es sancionado por acuerdos internacionales, y fue a esto a lo que aludieron Sir Lambton y Cushing en sus demandas a Burriel.

La historia, siendo escrita a veces por autores preopinionados, con eventos históricos censurados por influenciales personajes y por poderosos intereses, crea mitos y fantasías, en ocasiones negándole crédito por acciones honrosas a quienes se lo merecen, y dándoselo a quienes no son meritorios de él, especialmente si el que se lo merece pertenece a un país odiado o temido por el historiador. Esto, en la opinión de León, es lo que parece haberle pasado a las intervenciónes de Sir Lambton Lorraine y del capitán Cushing en los fusilamientos del Virginius con los historiadores que surgieron a documentar los hechos a raíz de haber ocurrido ellos. Según León, al principio de la Cuba republicana, Emilio Bacardí le erigió una placa a Sir Lambton Lorraine en una de las calles de Santiago de Cuba, honrándolo por su intervención en los eventos del Virginius, erróneamente atribuyendole a él la salvación de los 102 sobrevivientes, mientras que al capitán Cushing se le ignora su actuación en esos hechos.

Al amenazar a Burriel con cañonear a Santiago de Cuba sin tener ordenes de su gobierno para hacer eso, el capitán Cushing expuso a los Estados Unidos a una embarazosa situación diplomática y política. Si Cushing lleva a cabo su amenaza, hubiera sido considerado el cañoneo de Santiago de Cuba por el Wyoming como un acto de guerra contra España, la nación que por ese entonces los Estados Unidos creían, erróneamente, tenia la flota de guerra más poderosa del mundo, al menos más poderosa que la de ellos. Los Estados Unidos, despues de que la Guerra de Secesion terminara en 1865, contaba con la marina de guerra más poderosa del mundo teniendo mas de 670 buques de guerra y 67,000 hombres.

Hamilton Fish, Secretario de Estado del presidente de los Estados Unidos en 1873, Ulises S. Grant, estaba en favor de España en la guerra independentista que entonces libraba Cuba contra ella. Su hija estaba casada con el abogado que representaba los intereses del gobierno español en los Estados Unidos.5

Debido al peligro que Fish creyó Cushing expuso a los Estados Unidos con sus acciones en Santiago de Cuba, al conflicto de intereses por la relación de su yerno y el gobierno español, y a su deseo de que los Estados Unidos pudieran anexar a Cuba, Fish intercedió para que no recibiera Cushing mención meritoria alguna de la administración de Grant o de la prensa norteamericana por su conducta e intervención en el incidente del Virginius.

Información oficial sobre las acciones de Cushing en Santiago de Cuba fue omitida por el gobierno de los Estados Unidos a la prensa norteamericana. Este engaño por omisión resultó en que fuera Sir Lambton Lorraine el que recibiera, inmerecedoramente, en publicaciones norteamericanas, el crédito de las acciones tomadas por el capitán Cushing, acciones que sí detuvieron los fusilamientos permanentemente.

Al pasar de los años, la verdad sobre el incidente del Virginius desapareció para ser reemplazada por una falsa leyenda basada en eventos medio-ficticios que han sido reciclados por historiadores de acuerdo con lo que escribieron erróneamente los cronistas de entonces. Un reciente documental sobre el capitán Cushing en el History Channel ni siquiera menciona el incidente del Virginius y la heroica intervención de Cushing en ponerle fin a los fusilamientos de sus integrantes.

Tal fue la censura gubernamental que descendió sobre las acciones en Santiago de Cuba del capitán Cushing por influencia de Hamilton Fish, que hasta hoy día los historiadores no encuentran fácilmente evidencia oficial en los archivos de los Estados Unidos sobre Cushing y lo acontecido en Santiago de Cuba. Los historiadores cubanos no han sido inmunes a esta falta de información veraz. León dice en su ensayo que el único historiador cubano que hace mención de Cushing y el USS Wyoming en el incidente del Virginius es el Dr. Herminio Portell Vilá en su obra 'Historia de Cuba En Sus Relaciones Con Los Estados Unidos Y España, Tomo II'.

Estoy convencido que los fusilamientos de cubanos expedicionarios del Virginius hubieran sido renaudados por Burriel en cuanto se enfriara la situación, teniendo a ellos y al resto de los tripulantes a su fácil alcance en prisión. Según León, el plan de Burriel era el de fusilar unos cuantos cada unos días para perpetuar la lección a futuros insurrectos en el intervalo mas largo posible, y para satisfacer las exigencias de la prensa, del Casino-Círculo Español y de los Voluntarios que, sanguinariamente, pedían la muerte de todos los expedicionarios.

Cushing previno la futura muerte de los expedicionarios cubanos presos supervivientes de los tres previos grupos de fusilados. Estos cubanos no tenían la protección de ser ciudadanos ingleses, franceses, o norteamericanos, y al causar Cushing un escándalo diplomático que enfocó brevemente la atención mundial en la bestialidad por parte de las autoridades españolas en el incidente del Virginius, forzó a España contener su sed de sangre. Esta barbarie hispana fue convenientemente olvidada por todos los países involucrados después de que los españoles le dieron libertad a los 102 sobrevivientes el 18 de diciembre de 1873. Borrón y cuenta nueva.

España prometió indemnizar a los sobrevivientes de los ciudadanos ingleses y norteamericanos fusilados. Lo poco que pagó, lo hizo a regañadientes años después. También prometió investigar el incidente y castigar a los culpables, cosa que nunca hizo.

Después de su meritoria conducta durante el incidente del Virginius en Santiago de Cuba, el capitán Cushing perdió el mando del USS Wyoming. Mas tarde fue designado, en 1874, oficial ejecutivo del astillero naval de Washington, donde desempeñó esta función hasta su muerte el 17 de diciembre en ese mismo año.

Fue enterrado con honores en la Academia Naval de Annapolis, Maryland, de donde había sido expulsado por "mala conducta" años antes.

Su hermano, Alonzo Harry Cushing, héroe de Gettysburg, donde murió y le fue erigido un monumento en memoria de su heroismo, se encuentra enterrado en la Academia Militar de West Point en Nueva York.

La familia Cushing es la única que tiene el honor de tener sepultados a dos de sus miembros en dos diferentes academias militares de los Estados Unidos de América.

Desde el año 1890 ha estado comisionado en la Marina de Guerra de los Estados Unidos un barco de ataque, siempre un buque torpedero o un destructor, con el nombre de USS Cushing.

En Santiago de Cuba hay un inmerecido busto y una errónea placa para dos participantes de la tragedia del Virginius. Para el capitán Cushing allá ni siquiera hay la memoria de sus hechos.

Los héroes mueren joven. William Barker Cushing murió a los 32 años de edad.

 

Monumento y Tumba del oficial naval
Lt. Commander William Barker Cushing
Academia Naval de los Estados Unidos,
Annapolis, Maryland, E.U.

Monumento y Tumba del oficial naval
Lt. Commander William Barker Cushing
Academia Naval de los Estados Unidos, Annapolis, Maryland


Reconocimientos

My heartfelt thanks to Mary Bauman, researcher and writer at the United States Senate Historical Office.

Mis mas expresivas gracias al historiador René León, quien, sin conocerme, me ayudó a escribir este articulo desinteresadamente, dándome información al respecto en forma generosa, abierta y alentadora.

Mis gracias por la información cronológica de los eventos relacionados al Virginius recibida del escritor Sergio Lostal, quien es el autor de una novela histórica sobre este incidente.

Mi agradecimiento con profunda admiración por la obra incalculable que ha hecho el doctor Tony de la Cova, historiador y profesor de la Universidad de Indiana, en su sitio cibernético sobre la historia de Cuba. La mayoria de las ilustraciones que acompañan este artículo provienen de su sitio cibernético.


Notas:

1 René León, 'El Apresamiento del "Virginius" y sus consecuencias' (Tampa: Publicaciones Culturales René León, Número TX 5-385-092), 2001.

2 Veinticinco años mas tarde este mismo Cervera era el almirante al mando de la flota española que fue destruida en batalla naval por la flota norteamericana en las afueras de Santiago de Cuba en 1898 durante la Guerra Cubano-Hispano-Americana. Cervera salvó su vida, supuestamente, antes de que fuera hundido su navío de guerra, bajando de él y nadando hasta la costa de Punta Cabrera, Oriente, donde fue apresado por tropas cubanas bajo el mando del coronel mambí Candelario Cebreco, respetándosele la vida ha sabiendas de su involucración en los fusilamientos de personas del Virginius. La noticia de la fuga y cobardía de Cervera se mantuvo en secreto por las autoridades norteamericanas por razones de política y para no darle lustre a los insurrectos cubanos. [Esteban Roldán Oliarte, Cuba En La Mano La Habana: Ucar, García y Compañía, 1940) paginas 849 y 1028.] Que contraste tienen las acciones de Cervera en Santiago de Cuba en 1873 y 1898 cuando se comparan con los valientes y determinados actos del capitán Cushing sobre el incidente del Virginius. Insólitamente, un busto en conmemoración al almirante español fue comisionado por la presente dictadura cubana, y el pasado 26 de marzo del 2005 el gobierno castrista le rindió inmerecido homenaje a Cervera en un acto al cual asistieron, por invitación de la dictadura, y con todos los gastos pagos, descendientes del almirante. Este busto de Cervera se dedicó en el Castillo del Morro de San Pedro de la Roca, en Santiago de Cuba, y se encuentra próximo a varios bustos erigidos en conmemoración a oficiales mambises fusilados por el gobierno español durante nuestras gestas de independencia. [Alex Picarq, "Los Crímenes del Alférez Pascual Cervera y Topete (1839-1909)," LA NUEVA CUBA, 18 de mayo, 2005.
< www.lanuevacuba.com/nuevacuba/notic-05-05-1702.htm > (16 de junio 2005).] Entre los bustos de estos oficiales mambises se encuentra el del general Ramón Leocadio Bonachea y Hernández, fusilado el 7 de marzo de 1885. No he podido determinar hasta el momento en que escribo este articulo el nombre de los otros mambises allí conmemorados junto al general Bonachea. Sospecho que los otros bustos son de los mencionados cuatro primeros cubanos, oficiales de rango de la fuerza expedicionaria mambisa del Virginius, fusilados por el gobierno español el 4 de noviembre de 1873 a las 6 de mañana. Estoy seguro de que si me equivoco en quienes son los otros patriotas allí conmemorados, pronto algún amable lector de este articulo se lo hará saber a La Nueva Cuba. Sean de quienes sean, no merecen el insulto de estar en proximidad de un busto en honor de Cervera.

3 El reporte de una investigación fue presentado el 22 de junio de 1874 habiendo sido redactado para la Cámara de Representantes de los Estados Unidos de América. Este reporte le aconsejó a la Cámara que no le otorgara oficialmente las gracias a Sir Lambton Lorraine, como se planeaba hacer en una resolución de la Cámara, si no al capitán Cushing. El documento investigativo declaró que Sir Lambton solo había intercedido por las vidas de ciudadanos ingleses y de un francés, y que se habían fusilado a ciudadanos ingleses tripulantes del Virginius aun después de haberle pedido Sir Lambton a Burriel que les respetara la vida a todos los súbditos británicos apresados. Este reporte cita palabra por palabra los dos mensajes de amenaza enviados a Burriel: uno por Sir Lambton y el otro por el capitán Cushing. Es interesante notar que ninguno de los dos mensajes menciona clemencia para los cubanos detenidos. Sir Lambton pide clemencia para los ingleses y por un francés, y Cushing exige clemencia para los norteamericanos. Los cubanos prisioneros, siendo ciudadanos españoles, no son mencionados para nada en ninguno de los dos mensajes. No descarto la posibilidad que Sir Lambton y el capitán Cushing hayan también pedido clemencia para los cubanos apresados en el Virginius cuando hablaron personalmente con Burriel, pero no se han encontrado documentos que lo comprueben.

4 En mis investigaciones buscando datos sobre el incidente del Virginius he determinado que las fechas u horas en ciertos documentos históricos son completamente erróneas, y que nombres de personas y de buques asociados con los hechos son frecuentemente escritos de diferentes formas en diferentes fuentes. Por ejemplo el nombre de Sir Lambton Lorraine se encuentra a veces escrito 'Loraine'. Al general Alberto Claudio O'Ryan le llaman William A. O'Ryan, y Guillermo Ryan en la misma fuente, y George Washington Ryan en otra. Al buque de guerra norteamericano USS Juniata le llaman el Juanita en una de las fuentes de información. Al Virginius se le llama Virginias en un periódico de Newfoundland que anuncia el hundimiento del Niobe el 11 de junio de 1874. La viuda del capitán del Virginius Joseph Fry, Agnes E. Fry, en una carta al gobierno estadounidense, escrita el 19 de marzo de 1885, 12 años después de su fusilamiento, escribe erróneamente que su esposo fue fusilado el 7 de noviembre de 1874. A Burriel le llaman Borriel en varios documentos.

Discrepancias en el número y las fechas de los fusilados deben de ser investigadas a plenitud por futuros historiadores, aunque será difícil encontrar adicional información sobre ello por las siguientes razones: León escribe que muchos expedicionarios dieron nombres falsos al ser detenidos; la documentación de quienes componían la expedición fue botada al mar igual que las armas y pertrechos durante la persecución del Virginius por la Tornado; los líderes de la expedición y los oficiales del Virginius fueron los primeros fusilados, no quedando nadie que pudiera dar el número exacto de cuantos hombres partieron en el Virginius hacia Cuba o sus nombres verdaderos; según el ensayo de León, el gobierno español en Santiago de Cuba impuso una severa censura de prensa a los medios de información, atemorizando a reporteros criollos y extranjeros por igual, siendo sentenciados y desaparecidos; Burriel y sus secuaces, conociendo solamente ellos la veracidad del numero de prisioneros que arribó a Santiago de Cuba, y sabiendo que los últimos fusilamientos se cometieron después de que Madrid ordenara el cese a las ejecuciones, nunca precisaron cifras ni tuvieron que confrontar y explicar una discrepancia en el número de fusilados sumado a los perdonados, y el número original de expedicionarios y tripulantes del Virginius que fueron apresados; según León, las actuales autoridades españolas, a cargo de los archivos oficiales de aquella epoca que se encuentran hoy en España, guardan celosamente información relacionada con el caso del Virginius, Burriel y Cervera. Debido a las razones expuestas, la documentación hasta ahora obtenida sobre el incidente del Virginius es turbia.

5 Llegó hasta tal punto la perfidia de Hamilton Fish contra una Cuba libre (Fish deseaba la anexión de Cuba), según Herminio Portell Vilá en la página 26 de su libro "La Nueva Historia de la Republica de Cuba," que cuando el presidente Grant firmó el 19 de agosto de 1869 una proclama de reconocimiento de la beligerancia de los cubanos en contra de España en su derecho a ser libres del yugo español, Fish, sin que Grant lo supiera, no le puso el sello legal de los Estados Unidos al documento, de ese modo nunca haciéndolo oficial y legal. Este documento fue guardado por Fish en una caja de caudales de la cancillería de Washington, y nunca fue anunciada su existencia hasta tiempo después cuando se le encontró, olvidado e inefectivo.

El nieto de Fish, el sargento Hamilton Fish, fue uno de los primeros soldados norteamericanos en morir en el combate de Las Guásimas el 24 de junio de 1898 [Jonathan Ault. "The 'Virginius Incident'," The Spanish American War Centennial Website, 18 de mayo, 2005, (16 de junio, 2005). Las sucias acciones del abuelo respecto a la libertad de Cuba 25 años antes, resultaron en la muerte del nieto en un campo de batalla en Cuba.


* Joaquín Sueiro Bonachea, cubano exiliado, por muchos años colaborador de La Nueva Cuba, donde ha prestado servicios como traductor. Su dedicación a nuestro esfuerzo no puede ser completamente expresado en palabras.

 

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